LOS ARIAS: EL GOBIERNO DE LOS GRANDES TAGAROTES
Albino Vargas Barrantes*
Básicamente no creemos en las encuestas. Mucho menos en esas que se hacen para la “gran” prensa que busca inflar sus propias candidaturas a la Presidencia.
Sin embargo, comentamos hoy con usted una relativamente diferente a las que se practican en el país. Es el denominado informe Latinobarómetro 2008, encuesta aplicada a unas veinte mil personas en América Latina, mil de ellas específicamente en Costa Rica. Según tal informe, el pueblo tico es el más pesimista de toda la región latinoamericana, con relación a lo que se vislumbra para el 2009. Además, la enorme mayoría de la población costarricense encuestada, un 80 %, estima que el gobierno está copado por pocos grupos poderosos que buscan su beneficio propio. Otra conclusión tajante indica que tan solo una quinta parte de los y las costarricenses, cree que en el 2009 habrá una mejora en lo económico. Así de contundente es la situación desde que los hermanos Arias llegaron al gobierno y ejercen el poder a nombre de los grandes tagarotes del TLC y de los negociazos con la cosa pública.
Incapaces de gobernar para las grandes mayorías populares, especialmente para la clase trabajadora asalariada, la presidencia bicéfala vive un frenesí por la creación del mejor entorno de negocios con los servicios públicos, para profundizar el ya veloz proceso de concentración de la riqueza que se da en el país.
Y, ante tal estado de cosas que la gente percibe todos los días, es más que lógica la conclusión de que unos pocos grupos poderosos gobiernan el país para beneficio propio.
Las Crucitas, Sardinal, Alterra, la generación eléctrica privada desenfrenada, el regalo del mercado nacional de las telecomunicaciones y de los seguros comerciales del Estado a los pulpos internacionales, la ley de propiedad intelectual hecha a la medida de las gigantes farmacéuticas transnacionales, la puja por entregar los muelles del atlántico luego del obsequio de Caldera, entre otros; indican la naturaleza ideológica del régimen de los hermanos Arias: engrandecer las fortunas, ya de por sí enormes, de los grandes tagarotes cuyos intereses tutelan desde la Presidencia.
Por el contrario, a nosotros, la Gente, el pueblo trabajador, la micro, pequeña y mediana empresa, el sector informal, los desempleados; entre otras cosas, nos agobian con el altísimo costo de la vida; nos desangran con un sistema tributario en el cual, proporcionalmente hablando, el pobre paga más que el rico; nos imponen una política salarial que incrementa el deterioro de la calidad de vida de la mayoría de los segmentos asalariados; baja el petróleo en el mercado internacional pero no bajan las tarifas de autobús; las deudas agobian a las personas asalariadas pero solamente se piensa en “recapitalizar” a los bancos...
Definitivamente, este estado de cosas debe cambiar. Hay que empezar a hacerlo. Los de abajo somos más y el cambio es totalmente viable.
*Secretario General Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP)
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